De
cuanto nos rodea se pueden sacar deducciones y enseñanzas. Sacar problemas
donde a simple vista no lo hay, es muy útil para aguzar el ingenio.
Un día nos juntamos en casa a desayunar
ocho personas.
Teníamos un hermosísimo bizcocho, el cual habría que partirlo en ocho
trozos y con un cuchillo que al menos tuviera la hoja más longitud que el
diámetro del bizcocho, o sea, con cuatro cortes en diagonal. Esto es lo normal
que se hace siempre, es decir, como lo haces en las fiestas.
Sin embargo, a mí, se me ocurrió que con
sólo tres cortes de ese mismo cuchillo se cortaría el bizcocho.
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