martes, 15 de enero de 2013

EL REPARTO DE UN BIZCOCHO.



        De cuanto nos rodea se pueden sacar deducciones y enseñanzas. Sacar problemas donde a simple vista no lo hay, es muy útil para aguzar el ingenio.

         Un día nos juntamos en casa a desayunar ocho personas.
         Teníamos un hermosísimo  bizcocho, el cual habría que partirlo en ocho trozos y con un cuchillo que al menos tuviera la hoja más longitud que el diámetro del bizcocho, o sea, con cuatro cortes en diagonal. Esto es lo normal que se hace siempre, es decir, como lo haces en las fiestas.
         Sin embargo, a mí, se me ocurrió que con sólo tres cortes de ese mismo cuchillo se cortaría el bizcocho.

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